Miedo a engordar…
La cultura de las dietas ha hecho y sigue haciendo mucho daño.
A diario conecto con mujeres que llevan toda su vida a dieta y que están muy frustradas por no llegar nunca a su objetivo.
Desde jovencitas nos venden la moto de que tenemos que comer poquito y se va creando una muy mala relación con la comida.
El miedo a engordar desencadena un miedo irracional a comer y esto nos pasa factura.
Cada nueva dieta es más restrictiva que la anterior y cada efecto rebote es mayor que el último.
¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué si cada vez como menos no adelgazo y a la que me despisto un poco empiezo a engordar?
Déjame decírtelo claramente: Tu metabolismo ha muerto
Y la única forma de resucitarlo es comiendo más.
Y ahí es donde el lavado de cerebro al que nos llevan sometiendo toda la vida empieza a hacer de las suyas, rechazando la idea de lleno por un miedo atroz a engordar.
Esto nos lleva a entrar en bucle repitiendo una y otra vez las mismas dietas restrictivas que nos han llevado a esta situación, esperando un resultado diferente, pero este resultado nunca llega.
¿Te ha pasado a ti?
Si al igual que yo has pasado por esta situación sigue leyendo
Aunque te parezca increíble, comer demasiado poco es un error que se suele cometer con demasiada frecuencia.
Hacer dietas excesivamente bajas en calorías o muy restrictivas está a la orden del día.
¿Qué pasa cuando hacemos esto? A priori puede parecer que vas a adelgazar más rápido y mejor comiendo lo mínimo posible, pero esto es un error. Esta estrategia solo funciona a muy corto plazo, y siempre va a llegar un momento en el que pasarás hambre, te faltará energía y para colmo, no adelgazarás ni medio gramo.
¿Qué es lo que está pasando en tu cuerpo? ¿Qué es lo que va mal?
Tranquila, no es tu culpa, no hay nada mal en ti.
Lo que ocurre es que el cuerpo tiene una capacidad de adaptación increíble y unos mecanismos de supervivencia que son impresionantes.
Voy a explicártelo con la metáfora del coche.
Si en el depósito de tu coche tienes gasolina para recorrer 50 kilómetros, cuando los haya recorrido, el coche ya no va a dar más de sí, se va a parar.
Sin embargo, tu cuerpo no es un coche.
Tu cuerpo está diseñado para la supervivencia, por lo que se adaptará para que no mueras.
Si necesitas un mínimo de energía, de por ejemplo 1300 Kcal para cubrir las funciones básicas del tu organismo (que tu corazón pueda latir, puedas respirar, tu sangre circule, etc.) y te pones a hacer una dieta de 1100 Kcal durante un tiempo. ¿Qué va a ocurrir?
No vas a morir, porque tu cuerpo en su afán de supervivencia no lo va a permitir, lo que va a hacer es adaptar tu gasto energético a lo que tú le proporcionas y tu metabolismo basal va a disminuir.
¿Esto que significa?
Que si necesitabas 1300 Kcal para realizar esas funciones vitales ahora vas a necesitar tan solo 1100.
Esto provocará un estancamiento en tu pérdida de peso.
¿Y qué ocurre a nivel mental cuando nos estancamos?
Nos frustramos y abandonamos.
Y si abandonas tu dieta con el metabolismo disminuido por las restricciones, en el momento en el que empiezas a comer como antes, empiezas a recuperar todo el peso perdido, lo que conocemos como el efecto rebote.
Esto sucede porque si antes de comenzar esa dieta tus calorías de mantenimiento eran 1500, después de todas estas restricciones, ya no son 1500, se han convertido en 1200.
Y en este momento como las 1500 ya no son tus calorías de mantenimiento, entras en un superávit calórico que te hace engordar.
Y ahora puedes pensar, “Ay no, pues entonces si me estanco y ahora mi metabolismo es más lento y ya no es el que era, tendré que comer todavía menos “
¡Ni se te ocurra hacer eso!
Es un grave error, lo único que conseguirás es hacer que tu metabolismo sea todavía más lento.
Por desgracia, este error de bajar más y más las calorías de las dietas, lo cometen incluso los propios nutricionistas, pero no caigas en él, porque es catastrófico para tu cuerpo.
¿Y entonces que hago?
Recuperar el equilibrio natural de tu cuerpo comiendo más.

3 claves para recuperar el equilibrio natural de tu cuerpo y comer más sin engordar
- Ve poco a poco, no aumentes mucho de golpe la cantidad de comida que ingieres.
Incrementa las cantidades progresivamente y permite que tu cuerpo poco a poco se dé cuenta de que no estás en peligro de morir de hambre y que puede volver a consumir más energía.
- Toma alimentos naturales, nutritivos y saciantes.
Cuando el cuerpo se ve sometido a muchas restricciones las hormonas grelina y leptina salen al rescate haciendo que sientas mucha hambre para obligarte a comer.
- Incluye en cada comida una gran porción de verduras, no hay límite, puedes comer todas las verduras y hortalizas que quieras.
- Una porción de proteína (carne, huevo o pescado, en su estado natural, nada de fiambre de pavo bajo en grasa ni similar).
- Un poquito de hidrato de carbono (sin pasarse), comienza por una porción al día de tubérculos, cereales o legumbres. ¿Cuál es el tamaño de una porción? Calcula aproximadamente una cantidad de alimento ya preparado del tamaño de tu puño.
- ¡Deja de tenerle miedo a las grasas!, son muy importantes para que todo en tu cuerpo funcione correctamente. Incluye grasas buenas en cada comida (aceite de oliva virgen extra, chocolate =>80% cacao, aguacate, frutos secos al natural o semillas)
- No utilices alimentos ultra procesados: come solo aquello que se pueda recolectar, cazar o pescar.
- ¡¡¡No te quedes con hambre!!!: Si al terminar de comer no te sientes saciada come algo más de verdura o fruta hasta que te sientas bien
- Haz ejercicio de fuerza
El músculo es uno de los tejidos que más gasto energético produce. Si aumenta tu masa muscular aumenta tu metabolismo basal.
Y si necesitas más ayuda para resucitar tu metabolismo: agenda tu sesión gratuita
1 comentario en “3 claves para perder peso comiendo más”
Buenos días se siento reflejada en tus palabras