“Mi problema es que tengo mucha ansiedad con la comida“.
¿Sientes frecuentemente ansiedad por comer y esa pérdida de control te genera aún más ansiedad?
La mal llamada ansiedad por comer es muy frecuente y puede afectar a personas de cualquier género, edad, condición física y posición social, llegando a convertirse en un problema serio si no la sabemos gestionar a tiempo.
Es algo que en algún momento cualquiera puede experimentar, y aunque no hay un tratamiento que lo elimine de un día para otro, sí puede puede mejorar progresivamente.
Cuando comemos porque estamos estresados, deprimidos, aburridos, etc, buscamos en la comida una satisfacción o un alivio inmediato a las emociones que consideramos negativas o a las preocupaciones del día a día.
Cuando hacemos esto caemos en la trampa de adoptar una estrategia totalmente pasiva que nos alivia temporalmente pero no soluciona ni elimina el origen del problema.
En estas circunstancias, diríamos que el estrés o el malestar emocional que sentimos nos impulsa a comer de forma compulsiva.
En definitiva, comer compulsivamente no es el problema real sino el un síntoma de otra cosa. Por tanto, es muy importante comprender que el problema no es la comida sino la manera en la que reaccionamos a nuestros problemas y estados emocionales, de manera que si soy capaz de aprender a gestionar mis emociones no sentiré ansiedad por comer.
En definitiva, para muchas personas la comida se convierte en una forma de aplacar la ansiedad, en una forma de mitigar las sensaciones de nervios y tensión, o cualquier estado emocional que apreciamos como negativo, como la tristeza o la rabia.
Pero comer para tapar un problema emocional solo hará que cada vez sintamos más y más ansiedad por la comida.
En primer lugar debemos eliminar el origen y únicamente después conseguiremos controlar ese deseo irrefrenable de comer.
Lo más importante es buscar la causa de ese malestar. No se trata de encontrar algo que nos quite el hambre, ya que realmente no es hambre, sino averiguar por qué sentimos ese hambre emocional.
La ansiedad por comer puede ser controlada de una manera bastante sencilla si la abordamos a tiempo, lo único que necesitas es querer tomar las riendas y comenzar a realizar algunos cambios en tu estilo de vida,

Aquí tienes algunos consejos para mitigarla
1. Escucha a tu cuerpo. La comida no debe usarse para calmar la ansiedad. ni llenar vacíos emocionales, esa no es su función.
2. Mejora tu autoestima: sentirte mejor contigo misma, aceptarte como eres y por supuesto tener ganas de cuidarte por fuera y por dentro. Cuidar lo que comes no solo tiene un objetivo físico para adelgazar, es una forma de cuidarte interiormente, de nutrirte, obtener energía y sentirte bien.
3. Expresa tus emociones y si no tienes con quien expresarlas, escribe. El simple hecho de plasmar en un papel tus emociones ya es terapéutico, salen las emociones al exterior, se expresan y por tanto son más fáciles de manejar.
4. No hagas dietas demasiado restrictivas. Comer es un placer, es necesario disfrutar de la comida. Hay personas que nunca disfrutan de la comida porque comen con remordimiento o culpa. Estos sentimientos te hacen entrar en un círculo vicioso del que puede ser difícil salir.
5. Reduce el consumo de azúcar: haz todo lo posible por reducir o, mejor aún, eliminar (aunque sea progresivamente) el azúcar de tu alimentación diaria, esto evitará los deseos de estar comiendo a toda hora, puesto que cuanto más alimentos azucarados comes mayor necesidad sientes de comer otros alimentos dulces.
6. Aumenta el consumo de agua: Cuando sientas esa necesidad insoportable de comer, fruto de la ansiedad, respira profundamente y bebe agua.
7. No te saltes comidas: En los casos de ansiedad se aconseja no saltarse ninguna de las tres comidas principales, para que en la siguiente comida no sientas el deseo o la necesidad de comer el doble, lo cual podría desembocar en un aumento de peso.
8. Haz ejercicio a diario: esta es una de las formas más efectivas para controlar la ansiedad por comer desmesuradamente. El ejercicio físico es algo que no debe faltar en tu vida, ya que es la mejor manera de vivir saludable, tanto física como mentalmente, sobre todo cuando queremos dejar a un lado ciertos problemas emocionales, como la ansiedad.
9. Distrae tu mente: en el momento que sientas la imperiosa necesidad de comer un dulce o cualquier alimento poco saludable, lo mejor será tratar de distraer tu mente de algún modo, sal a pasear, concéntrate unos minutos sólo en tu respiración, lee un libro o ponte a bailar. Lo principal es desviar la atención y enfocarla en otra parte.
10. Haz un desayuno completo, que te aporte todos los nutrientes. Si tu desayuno es poco nutritivo, al llegar la noche tendrás tendencia a comer más porque tu organismo así lo requiere, siendo más fácil perder el control y acabar comiendo a lo bestia.
11. Duerme lo suficiente: cuando el sueño es de buena calidad y suficiente, se estimula la hormona leptina, encargada de indicarle al cerebro que el cuerpo está totalmente satisfecho y que no requiere de ningún otro alimento para sentirse bien.
12. Consume más proteínas: si a la hora del desayuno se consume una mayor cantidad de proteínas tu cuerpo se sentirá satisfecho durante el resto del día, lo cual reduce el deseo de picotear a todas horas.
13. Analiza tu entorno: es importante estar pendiente de lo que sucede en tu día a día, y descubrir qué provoca esos ataques de ansiedad. Con toda seguridad si descubres la causa, será mucho más sencillo encontrar la solución adecuada.
14. Elimina toda tentación: indudablemente la mejor forma de evitar caer en tentaciones es hacer lo posible por alejarlas, por eso cada vez que compres comida, procura adquirir exclusivamente los alimentos indispensables y no compres antojos, dulces y demás aperitivos de bolsa que tanto abundan en los supermercados. Lo mejor será que te aprovisiones bien de frutas, verduras, frutos secos al natural, pescados, legumbres, carnes, huevos y lácteos y que huyas como del diablo de los alimentos ultraprocesados.
15. Sé feliz: la serotonina es la hormona de la felicidad, y se libera cuando te se sientes plena y feliz. Esta hormona se relaciona con el apetito y es producida artificialmente al comer algunos alimentos como el chocolate. Puedes engañar a tu cerebro para que libere serotonina simplemente sonriendo frente al espejo.
16. Reduce excitantes como el café, té, azúcar, chocolate, etc. que sólo agravarán el problema y te harán sentir más ansiosa. En su lugar toma más líquidos e infusiones relajantes.
17. Come con más frecuencia si lo necesitas, pero asegurate de que es hambre de verdad y no hambre emocional. No existe un número mágico de comidas, debes encontrar la mejor opción para ti, en la que comas lo suficiente como para no sentir hambre a todas horas, pero sin llegar a sentirte llena.
18. Come conscientemente, despacio, masticando lentamente, sin ninguna distracción, nada de tele, móvil o tablet.
19. Sírvete en el plato, nada de ir picando un poco de aquí un poco de allá..
20. Planifica las comidas, no improvises.
Y si la situación lo requiere, no dudes en acudir a terapia
Espero que estos consejos te resulten muy útiles y comiences a ponerlos en práctica de inmediato
No olvides que si consigues gestionar tu ansiedad y tus emociones con estrategias positivas y saludables no necesitarás comer para sentirte bien.
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